La existencia de restos arqueológicos que se
pretenden conservar in situ, que
implicaba el establecimiento de un área de respeto del yacimiento limitando la
zona de ocupación de la parcela y las características topográficas de la misma, eran los factores que determinaban la
implantación del edificio.
Se entendía como objetivo prioritario de la
actuación garantizar la adecuada organización funcional del centro, la
resolución de problemas de accesibilidad en la comunicación entre los
diferentes niveles, y la adecuada integración de la restos en el conjunto,
siendo fundamental la adaptación del edificio a la topografía, caracterizada
por la existencia de un importante desnivel entre la zona perimetral de la
parcela, y su interior.
Secciones
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La distribución se organizaba en dos bloques
en L. El longitudinal, con frente al Paseo de España, albergaría el programa
docente general, mientras que en la transversal con frente a la C/Federico
Mayor Zaragoza, el Auditorio, y el resto de espacios comunes, actuando de nexo
de unión, la zona de acceso, distribución y circulación, que por la necesidad
de adaptación a la topografía, incluye un núcleo de comunicación formado por
una escalera lineal y un ascensor de doble embarque, que conectan entre sí
todos los niveles.
Esquina C/Federico Mayor Zaragoza
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Considerando el carácter singular e
institucional de la edificación, así como la presencia de los restos
arqueológicos y las vistas sobre parte de la Sierra Sur de Jaén y el Castilllo
de Santa Catalina, se pretendía que la propuesta arquitectónica diera una
respuesta adecuada en cuanto a imagen y
calidad, acorde con las preexistencias, por lo que se optó por la
conformación de forma metafórica de un “Baluarte mediaval”, caracterizado por
su geometría irregular, y su volumetría compacta, que sería “defendido” por la
muralla una vez restaurada.
Vista del interior de la manzana
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Interior del Auditorio
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Pero sin duda, dado que se trataba del proyecto de un Conservatorio de Música, un aspecto esencial en la propuesta fue la adecuación de las soluciones acústicas de los espacios, poniendo especial énfasis en el espacio del Auditorio. Así mismo, se tuvieron en cuenta las especiales características acústicas que deben cumplir las aulas, previendo los espesores de cerramientos y particiones adecuados.
Destacaría el diseño del escenario
del auditorio configurable mediante paneles móviles para permitir acústicas
variables, y que se dota con sendos hombros para facilitar el desarrollo de
actividades culturales o pedagógicas.
Aspectos concretos a mencionar, son la ubicación en el nivel 2, de la cafetería, en zona aislada del resto del centro para evitar molestias por ruido, y con vistas hacia la Sierra y el Castillo de Santa Catalina, y la Biblioteca, asomada hacia el espacio libre y los restos arqueológicos. El Auditorio y la zona de Cabinas de ensayo, se disponen de forma que pudieran ser utilizables de forma independiente o fuera del horario lectivo, contando con acceso propio a la zona de las Aulas de Conjunto, Percusión y Orquesta (con configuración espacial adecuada para garantizar la riqueza armónica del bloque instrumental), y con acceso a su vez al escenario y al almacén de instrumentos voluminosos (conectado al muelle de carga a través de un montacargas de dimensiones especiales).
Para completar la actuación, como se ha
mencionado, se procedería a la
restauración y puesta en valor de los restos arqueológicos, contemplando la limpieza
del solar y del yacimiento, trabajos de estabilización del perímetro que rodea
a los vestigios, y la consolidación y protección de las estructuras, para
finalmente, proceder a la urbanización del espacio libre, que consistiría
básicamente en el ajardinamiento de los espacios donde no se ha detectado
presencia de restos.